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VERDAD Y DEMOCRACIA



 VERDAD Y DEMOCRACIA
  

En un país como EEUU donde se les enseñó que solo con las verdad avanzan las sociedades, el gobierno no puede mentir a cambio de ocultar la negativa realidad y si no hay dinero se reduce el gasto. 

En España, acostumbrados a esconder, ocultar y utilizar la mentira, se hace justamente lo contrario.

Cuando no hay presupuesto ni dinero, no importa, se aumentan las subvenciones a fundaciones, partidos políticos  y sindicatos verdaderos culpables del atraco que ha  dejado al país y a los ciudadanos arruinados y  de haber construido un nido de corrupción crónica instalada en el sistema, mientras hay malnutrición infantil.

Colocamos a los nuestros, o metemos a miles de cargos públicos a costa del contribuyente,sabiendo que no tenemos ni para pagar las pensiones. Pero nadie quiere cerrar todos los servicios públicos sobrantes que no se pueden seguir pagando porque prefieren seguir esquilmando a los ciudadanos para mantenerse ellos de una manera vil y repugnante.

 Esa es la diferencia entre una democracia de verdad y un sistema político basado en la mentira, que es incompatible con la democracia.
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Y así nos va, los españoles somos los últimos de la OCDE en matemáticas y penúltimos en comprensión lectora. Es el nuevo "record" negativo de esta España sucia e injusta, gobernada con la mentira constante, a la cabeza de la prostitución europea, el tráfico y consumo de drogas, el blanqueo de dinero, el alcoholismo, la corrupción, la injusticia, el fraude fiscal y otras muchas lacras.

 Rajoy ha dicho que "es en las elecciones democráticas donde los pueblos legitiman a sus representantes". Falso porque en las urnas los pueblos eligen y legalizan los gobiernos, mientras que la legitimidad depende de otra cosa. Incluso si aceptamos su tesis, él no la tendría porque alcanzó el poder con un "contrato" (programa)  que luego incumplió flagrantemente, lo que representa un engaño y una estafa. Su victoria, basada en el engaño, es como si hubiera ganado una carrera dopado. 

En el futuro votar por cualquier partido político que haya tenido responsabilidades de gobierno en los consabidos últimos años, es una enorme irresponsabilidad y un atentado contra la decencia y la democracia, pues apoyando la corrupción se apoya la destrucción de la sociedad. La única actitud decente ante todo votar, pero votar a alguien nuevo que sea incorrupto. Votar a un partido político, por la regeneración y la limpieza en esta España, necesitada como ningún otro país en el mundo de una catarsis regeneradora de la que surjan ciudadanos limpios y decentes capaces de asumir un poder democrático real.

Junio 2014.- Marino de La Torre López