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LA REFORMA DEL ESTADO, OTRA “MARIANADA” MÁS A LA CIUDANIA.


LA REFORMA DEL ESTADO, OTRA “MARIANADA” MÁS  A LA CIUDANIA.
Las grandes demandas y reivindicaciones de los ciudadanos no figuran en la reforma, ni desaparecen ninguno de los descarados privilegios y ventajas de la clase política
 El Gobierno de España ha presentado una decepcionante reforma del Estado no haciendo caso, una vez más, a las grandes demandas y exigencias de los ciudadanos, en un país arruinado por el inmenso costo de su gigantesco aparato administrativo y político y que solo servirá para ahorrar apenas unos 8.000 millones de euros a un Estado que gasta más de 400.000 millones cada año, cuando se podría ahorrar, según las voces de la mayoría de expertos, casi los 300.000 millones.
Las grandes demandas y reivindicaciones de los ciudadanos no figuran en la reforma, ni desaparecen ninguno de los descarados privilegios y ventajas de la clase política, más bien consiste en una serie de medidas administrativas periféricas y de segundo orden.
Citaremos algunas ilustrativas de nuestra apreciación:
a)  Centralización de  los servicios meteorológicos.
b) La elaboración de presupuestos ministeriales con base cero.
c)  No reduce ni limita la contratación libre de personal por parte de la administración, principal demanda ciudadana horrorizada ante la existencia de casi medio millón de enchufados que cobran del Estado.
 d)  Olvida acabar con la práctica impunidad de los políticos.
e) Ni hablar de la eliminación de la financiación con dinero público de los partidos políticos, sindicatos y patronal.
f) El castigo de los corruptos y la obligación de devolver el dinero que roban brilla por su ausencia.
g) Tampoco acomete una reforma profunda del poder Judicial que cree una justicia independiente y sin el obsceno nombramiento de magistrados por parte de los partidos.
h) No se atreve a limitar el número de diputados, senadores, consejeros y ministros.
i)  En cambio si habla de unificar las 4.800 cuentas bancarias que tiene hoy la administración del Estado.
j)  La reforma no garantiza que las miles de instituciones y empresas públicas innecesarias, utilizadas por los políticos para colocar a sus amigos, sean eliminadas.
k) No suprime el inútil Senado, ni limita el número de consejeros en las autonomías, cada una de ellas dotadas de un “sanedrín”  de lujo donde se practica también el amiguismo, el clientelismo, el nepotismo, la ostentación, el despilfarro y otras diversas facetas del abuso de poder .
l)  Ante el despilfarro de las “embajadas” autonómicas, Mariano Rajoy no las suprime sino que propone la idea de que se instalen dentro de las embajadas españolas.
Pero lo más paradójico es que gran parte de las doscientas y pico medidas presentadas incumben a las comunidades autónomas y no serán obligatorias, lo que permite vaticinar que la mayoría de ellas no se cumplirán, convirtiéndose en una nueva “Marianada” (1) a la ciudadanía.
Una reforma de verdad que respondiera al clamor popular habría comenzado por suprimir el lujo y el despilfarro reinante en las distintas administraciones públicas españolas, sobre todo eliminando gran parte de la inmensa bolsa de políticos contratados, una carga injusta e inconmensurble que convierte al Estado en un insostenible cobijo de “clientes”, cuyo número en España es mayor que el existente en Alemania, Gran Bretaña y Francia juntas.
Junio de 2013
(1) “Marianada”: Expresión o manifestación contraria a las grandes demandas y/o exigencias de los ciudadanos,  muy habitual en las políticas de Mariano.